Desde hace un año, en vistas de las expectativas de trabajo que existen en España, decidí prepararme unas oposiciones, para intentar tener un trabajo digno, ya que con la crisis no hay muchas ofertas disponibles.
Después de un año, el cual lo empiezas con mucha ilusión, con mucho tiempo por delante, con muchas expectativas de futuro. Poco a poco se va acercando la fecha en que tendrás que comprobar si ha valido de algo tu esfuerzo y tiempo empleado.
Al principio tienes un incertidumbre por saber cuando van a salir convocadas, que tiempo me queda para prepararme las oposiciones. Después llega ese momento en que alguien te pregunta, ¿y tu que haces? y le contestas, yo, oposiciones, y te dicen, ahí!! que bien, a ver si tienes suerte, pero que en realidad está pensando que estás perdiendo el tiempo. Más adelante viene la parte en que empiezas a tener las dudas de donde presentarse, cuantas plazas hay, donde habrá más gente o menos.
Ya casi al final viene la peor parte, porque hasta ahora has podido salir con los amigos, pero sin pasarte, has podido tener vida social, y ver la luz del día, pero en el momento que sabes la fechas oficial del examen todo cambia, ya nada es igual.
A partir de este momento todo son nervios, agobios, mal humor y lo de salir ya es que ni te lo planteas, se te cae el pelo, se te van las ganas de comer, tu organismo se revela, como en mi caso no retienes la comida más de 5 horas. Ahora ya solo piensas en el día del examen, el gran día, lo preparas con mucho cuidado para que no falle nada y solo estar pendiente de hacer un examen decente.
Llega el gran día y los nervios empiezan a parecer, las dudas que ya tenias ahora son mucho mayores, no te ves capaz de hacerlo, hasta piensas en irte a tu casa y ya está, pero en mi caso cuento una persona que te ayuda, que te orienta y aconseja, que te calma y te centra y lo más importante, el apoyo incondicional en todo momento, por eso hay que dar las gracias a todas las personas que están al lado de los opositores, y sobre todo a quien lo sufre día a día.
Al final no pudo ser, llega la hora de comenzar y no lo ves claro, ves que muchas cosas ni te suenan, sales y sabes que no lo has hecho bien, que ha sido difícil, pero te queda la esperanza de haber acertado las suficientes para aprobar. Llegas a casa y compruebas que te ha salido mal, ¿que haces? pues al principio lo pasas mal, pero poco a poco tienes que seguir, mirar la futuro. Ya se que me he colado escribiendo pero tenia que contar mi experiencia como opositor. Espero que os haya gustado.
Después de un año, el cual lo empiezas con mucha ilusión, con mucho tiempo por delante, con muchas expectativas de futuro. Poco a poco se va acercando la fecha en que tendrás que comprobar si ha valido de algo tu esfuerzo y tiempo empleado.
Al principio tienes un incertidumbre por saber cuando van a salir convocadas, que tiempo me queda para prepararme las oposiciones. Después llega ese momento en que alguien te pregunta, ¿y tu que haces? y le contestas, yo, oposiciones, y te dicen, ahí!! que bien, a ver si tienes suerte, pero que en realidad está pensando que estás perdiendo el tiempo. Más adelante viene la parte en que empiezas a tener las dudas de donde presentarse, cuantas plazas hay, donde habrá más gente o menos.
Ya casi al final viene la peor parte, porque hasta ahora has podido salir con los amigos, pero sin pasarte, has podido tener vida social, y ver la luz del día, pero en el momento que sabes la fechas oficial del examen todo cambia, ya nada es igual.
A partir de este momento todo son nervios, agobios, mal humor y lo de salir ya es que ni te lo planteas, se te cae el pelo, se te van las ganas de comer, tu organismo se revela, como en mi caso no retienes la comida más de 5 horas. Ahora ya solo piensas en el día del examen, el gran día, lo preparas con mucho cuidado para que no falle nada y solo estar pendiente de hacer un examen decente.
Llega el gran día y los nervios empiezan a parecer, las dudas que ya tenias ahora son mucho mayores, no te ves capaz de hacerlo, hasta piensas en irte a tu casa y ya está, pero en mi caso cuento una persona que te ayuda, que te orienta y aconseja, que te calma y te centra y lo más importante, el apoyo incondicional en todo momento, por eso hay que dar las gracias a todas las personas que están al lado de los opositores, y sobre todo a quien lo sufre día a día.
Al final no pudo ser, llega la hora de comenzar y no lo ves claro, ves que muchas cosas ni te suenan, sales y sabes que no lo has hecho bien, que ha sido difícil, pero te queda la esperanza de haber acertado las suficientes para aprobar. Llegas a casa y compruebas que te ha salido mal, ¿que haces? pues al principio lo pasas mal, pero poco a poco tienes que seguir, mirar la futuro. Ya se que me he colado escribiendo pero tenia que contar mi experiencia como opositor. Espero que os haya gustado.
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